Salud. Muerte asistida: la Alta Autoridad Sanitaria pide priorizar la “calidad” del resto de vida

La Alta Autoridad Sanitaria considera "imposible", en ausencia de consenso médico, determinar quién podría beneficiarse de una muerte asistida en función de un pronóstico vital comprometido "a medio plazo" o de una "fase terminal" de enfermedad, pero sugiere tener en cuenta "la calidad del resto de la vida" de la persona.
Se esperaba con impaciencia su opinión. A petición del Ministerio de Salud, la Alta Autoridad Sanitaria (HAS) declaró en un comunicado publicado el martes que "es imposible", debido a la falta de consenso médico, determinar quién puede beneficiarse de la muerte asistida en función de un pronóstico de vida "a medio plazo" o de una "fase terminal" de la enfermedad, pero sugirió tener en cuenta la "calidad de vida restante" de la persona.
Este análisis alimentará los debates sobre la evolución de la legislación sobre el final de la vida que se reanudarán el 12 de mayo en la sala de la Asamblea Nacional. Este tema tan delicado ha sido dividido en dos proyectos de ley: uno sobre cuidados paliativos y otro sobre asistencia activa al morir, por el gobierno de Bayrou .
"Hasta la fecha, no existe consenso médico sobre la definición de pronóstico de vida "a medio plazo", ni sobre la noción de "fase avanzada" cuando se considera desde un enfoque individual", resume el comunicado de prensa de la HAS. Su trabajo, para el cual un comité de expertos examinó la literatura científica, la legislación internacional y escuchó a expertos franceses e internacionales, "no permitió identificar un criterio alternativo" en "condiciones más satisfactorias", indicó.
A falta de "certeza científica" sobre la valoración del pronóstico vital de una persona, la HAS insiste en la necesidad de "un proceso de apoyo y deliberación colectiva, centrado en la persona enferma, previo a una posible solicitud de ayuda para morir". Este "proceso continuo de discusión" que involucra a pacientes, seres queridos y cuidadores permitiría reconocer la "dimensión existencial y social del sufrimiento" y "abordar la cuestión del significado de lo experimentado y de lo que queda por experimentar".
Además, todos los cuidadores deben recibir formación "en la escucha y el diálogo" sobre el final de la vida, "para evitar cualquier riesgo de obstinación irrazonable que lleve a impasses vitales para los pacientes", argumenta la HAS.
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Actualmente, el pronóstico vital depende de "muchos parámetros, a menudo evolutivos": los cuidadores lo evalúan con herramientas de "insuficiente fiabilidad" y un "importante grado de incertidumbre", sin integrar la progresión de la patología, la individualidad del paciente, sus "sesgos subjetivos -estado emocional, valoración de su calidad de vida...-" ni los de los cuidadores.
Intentar establecer un pronóstico individual sería por tanto "un error y equivaldría a negar los factores individuales y terapéuticos que lo condicionan", argumenta la HAS, señalando que "ningún país europeo ha mantenido un criterio temporal en la definición del 'medio plazo'". Algunos, como Quebec, incluso lo han abandonado tras un periodo de solicitud, añade la autoridad.
El criterio de un pronóstico vital comprometido "a medio plazo" apareció en el texto "relativo al apoyo a los enfermos y al final de la vida" presentado por Catherine Vautrin , cuyo examen había sido interrumpido por la disolución de la Asamblea Nacional. Esta redacción se consideró vaga y fue retirada.
En cuanto a la noción de fase "avanzada" (o terminal) de una enfermedad incurable, que "no se refiere tanto a la fecha límite de muerte" como al "recorrido" del paciente, la HAS la define como "la entrada en un proceso irreversible marcado por el empeoramiento del estado de salud del enfermo, que afecta a su calidad de vida".
«Si bien es imposible implementar una lógica de predicción de la cantidad de vida restante, es apropiado adoptar una lógica de anticipación y predicción de la calidad de la vida restante, sea cual sea el resultado de los debates parlamentarios», especifica la organización.
El viernes, los diputados aprobaron en la Comisión de Asuntos Sociales el proyecto de ley de Olivier Falorni (MoDem) que crea un "derecho a la muerte asistida" para permitir a los pacientes que padecen una "enfermedad grave e incurable", que es "potencialmente mortal, en una fase avanzada o terminal" y que ya no pueden soportar su sufrimiento, recibir o administrar una sustancia letal.
Le Bien Public